martes, 20 de enero de 2015

La libretad de expresión y el asco.


Observen la fotografía que hemos subido para ilustrar esta entrada.
Se trata de un dibujito hecho a mano, plastificado, que algunas personas portaban en la solapa hace más de cuarenta años. Cuando todavía Franco represaliaba a los españoles y llevar encima algo así podía suponerte más de un problema.

Cuando llegó a mis manos  la guardé pensando que un día no sería más que una reliquia.
Por desgracia nunca pasó de moda.

En estos días no hemos dejado de leer (y escuchar) todo tipo de comentarios  sobre el terrible atentado de Charlie Hebdo que nos han indignado todavía más que la masacre acometida en la redacción de la revista.

Más que indignación lo que hemos sentido es asco.

Asco de leer que el ministro del interior se siente "orgulloso" de que los medios españoles publicaras las viñetas que ofendieron a esa panda de fanáticos mientras recuerdamos como su propio gobierno se quedó de brazos cruzados cuando RBA, propietaria de "El Jueves", censuró la portada aquella en la que el Borbón padre le pasaba al hijo una corona llena de mierda. Y tampoco olvidemos lo que pasó con la famosa portadita de los 2.500€.

Asco de comprobar hasta qué punto los políticos han sacado tajada de la barbarie apuntándose a la protesta.

Asco de que se nos eche en cara el hecho de lamentar la muerte de unos compañeros y que me digan que no me importan el resto de las injusticias del mundo. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Me preocupa todo eso, pero hoy toca lamentarse por unas cosas y mañana por otras.

Asco al leer las declaraciones del Papa Francisco en las que dice que si alguien le menta a la madre "puede esperar un puñetazo" 
Pero, oiga, ¿no era usted el papa enrollao? ¿el de twitter? ¿no son ustedes los de poner la otra mejilla? ¿no debería, entonces, pedir en ese caso que se le mentara también al padre en vez de ir repartiendo sopapos como un energúmeno? "Ojo por ojo" ¿verdad?

Asco de que se señale con el dedo a los dibujantes muertos de Charlie Hebdo y se diga de ellos que "escarnecen en su desesperada fe a los oprimidos y los masacrados" 
Charlie Hebdo lleva toda la vida disparando a todo y a todos con su descarnada sátira, arremetiendo contra otras religiones, incluyendo la católica. Contra los políticos occidentales y los medios de comunicación a su servicio.
¿Qué me decís entonces de la censura de "Hitler SS"? ¿esa os parece bien? ¿y la bomba del Papus? ¿os mola o como esa era contra una revista antifranquista ya no está tan guay?

Asco de aquellos que dicen que se lo han buscado. Que culpabilizan a las víctimas.

Asco de que el presidente de la comunidad islamista de Castilla-La Mancha nos pida que reflexionemos sobre la libertad de expresión.
No hay nada sobre lo que reflexionar
No se le pueden poner límites a la libertad de expresión. La libertad de expresión debe ser TOTAL. Y me meo en la corrección política, y me cago en todas las farolas que alumbran el coño de su puta madre.

Por supuesto que podemos ofender. La libertad de expresión incluye la posibilidad de faltar al respeto.
Eso entra en el trato. Y punto.

¿Qué fue de la frase de Voltaire? aquella que decía que "Aunque no esté de acuerdo con lo que digas defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo"

Si te ofende el arte, cualquier tipo de arte, pasa de largo, ignóralo y punto. Como hacemos con vosotros, hijos de puta.

Los dibujantes, los pintores, cineastas, músicos... podemos tener mal gusto. Podemos ser zafios groseros y obscenos. Pero estamos en nuestro derecho.

Hagas lo que hagas lo que hagas, digas lo que digas, siempre existe la posibilidad de que alguien se sienta ofendido. Entonces ¿no vamos a hacer nada? ¿nos quedamos de brazos cruzados?

¿Dejamos de crear personajes como Hannibal Lecter porque te ofende el canibalismo? ¿dejamos de hablar del incesto, la pedofilia o las violaciones en nuestras obras?

No. 

En la ficción, sobre el papel, el celuloide, o las partituras todo está permitido. TODO.
Y eso incluye la política y la religión.

Más nos ofenden ofenden a nosotros vuestras creencias. 

Más nos ofende a nosotros que mantengáis aletargada a la gente con vuestras mentiras y vuestros dioses de juguete. Que no prediquéis el amor sino el odio. Que nos enfrentéis a los unos contra los otros.

Nos dais ganas de vomitar.

Alan Moore opina sobre el atentado AQUÍ
Robert Crumb también lo hace AQUÍ 
Willem Holtrop rechaza las repentinas muestras de apoyo de las autoridades AQUÍ
Y no dejen de leer este artículo en The watcher in te tower AQUÍ