domingo, 12 de junio de 2011

27 de mayo: carga policial en la acampada de Barcelona.


Las imágenes hablan por sí solas.
La excusa: un servicio de limpieza con el objetivo de retirar todos los materiales que puedieran servir para provocar altercados en caso de que la celebración de la victoria del Barça en la final de la Champions League coincidiera en el centro de la ciudad con los indignados.

La carga policial de los Mossos d´Esquadra, es decir, la represión, de nuevo causó el efecto contrario al deseado, ya que reavivó las protestas en toda España.

Además, la Guardia Civil emitió un comunicado en el que criticaban el desalojo, afirmando que “no concurren motivos suficientes que, al amparo de la ley orgánica por la que se regula el derecho de reunión, legitimen la limitación del derecho fundamental a manifestarse”, cuestionando la legalidad el desalojo “máxime si para ello es necesario emplear la fuerza” y añadiendo que “la limpieza de la plaza no es motivo que pueda justificar la limitación del derecho fundamental, máxime cuando puede efectuarse por zonas, compatibilizando dicha labor con la ocupación de la plaza”.

Los guardias civiles concluyeron que “tampoco se puede amparar el desalojo de la Plaza de Cataluña en la hipotética celebración de la victoria de un partido de fútbol -que ni tan siquiera se celebraba en España- y la posible confluencia de aficionados con manifestantes”.

40 heridos.

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